viernes, 18 de agosto de 2017



EL TERRORISTA

Soy un hombre que lleva el infierno en las manos. 
Soy la justicia,
el dueño de la muerte.

Soy el que va a enseñaros a leer el dolor,
a descifrar su oscuro jeroglífico.

Mi Dios
que puso tinta roja en las amapolas;

que sumó luz y música para crear los ríos, 
me manda castigaros.

A vosotros
que sois los hijos de la usura,

la raíz negra de las cosas blancas. 
A vosotros
que habláis
con palabras que son 
sombras de la serpiente; 
que vendéis cielos
y compráis banderas
y destruís los ídolos para adorar sus ruinas.


Mi Dios
que pensó el oro musculoso del tigre;
mi Dios que hace y deshace este reino de arena,
me da el poder,
me envía a destruiros.


Ya se acercan las llamas.
Ya cae la lluvia roja.
Ya sale la verdad de entre mis manos.

Ha llegado el momento.
Dios elige a sus mártires
como el puñal inventa al asesino. 

miércoles, 12 de julio de 2017

(Hoy, 12 de julio, hubiera cumplido 110 años el maestro de tantas cosas Pablo Neruda. Este poema de Marea humana es un homenaje a él.)



EL SOÑADOR

Una noche soñé que era Pablo Neruda.
Estaba en una playa
y oí en mi corazón segundos rojos,
vi en el cuarzo una suma de erizos y tormentas, 

vi en la gaviota un cruce del vértigo y la nieve. 

Todo era tan real.

Un clavel era el ojo de quien mira un incendio. 
La escarcha era una lluvia de cúpulas deshechas. 
Los destellos del oro,
avispas que volaban en torno a su panal.


Yo fui Pablo Neruda,
compré diamantes en las fruterías,
domaba diccionarios con un látigo verde
y cavé un túnel que iba del pan a las banderas.


Tú venías a mí
como septiembre acude a las manzanas.


Cuando me desperté,
la sombra de los árboles
le ponía a la luz sus negras herraduras.
Cuando me desperté
no quedaban ni viento ni banderas y te había perdido.


A veces 
es tan triste no ser Pablo Neruda 
y que la noche sea nada más que la noche 
y el día, sólo el día.