Gran concierto anoche del joven maestro Miguel Poveda en Las Ventas. Qué jefe. Tiene un arco iris en la garganta y a la hora de cantar come con una cuchara en cada mano como dice Vargas Llosa que hacía Neruda. Canta con paladar pero también con hambre, y prueba de todo: tangos, boleros, rancheras, coplas y, naturalmente, flamenco; pero es que además lo hace todo bien y las dos últimas cosas de manera sublime. Aunque cuando se puso mexicano para hacerle un homenaje a Chavela Vargas, nos rajó la camisa. Y hay algo más, su respeto por los maestros, que es emocionante. Cuanto más grande se hace, más de abajo arriba los mira. Aquí os dejo una foto con él.
2 comentarios:
Tuve el gusto de verlo en Buenos Aires y es un grande,,,,
Sí, Romano, es un artista extraordinario. Pero encima es que es un tío genial, humilde, cariñoso, lector de poesía aplicado, que se pone colorado cuando le haces algún piropo. Un modelo a seguir.
Publicar un comentario